“Es un orgullo representar a Perú en los Juegos Parapanamericanos 2019”

Foto: Agencia Digital Liquid.

Hace 5 años, Laura Puntriano no era la misma chica que es ahora. Ella ha aprendido a enfrentar el miedo a su manera. Ahora prefiere esta nueva filosofía de vida: “no hay nada más hermoso que aceptarte y amarte como eres ”. Ella nació sin su mano derecha. Hoy, con 26 años y muchos retos, es parte de la selección peruana de Parabadminton y nos representará en los próximos Juegos Parapanamericanos 2019.

Ella nos recibe en su casa, donde vive con su madre, Rosario, su infaltable cómplice. Aunque, hasta hace dos meses vivía también con su padre, Mariano, que falleció de diabetes. Es él quien le dejó un último importante mensaje: “quiero verte participando en los Parapanamericanos”, le dijo y aquí está ella, preparándose para alcanzar su primera medalla y dedicarle ese triunfo.

Foto: Facebook Laura Puntriano.

Laly, como más la conocen, muestra una soltura natural. Tiene la mirada fija, valiente. Mueve los brazos cuando habla y se emociona cada vez que nos cuenta sobre ella; habla de su carrera, de sus sobrinos, de su novio Mauricio, a quien conoció hace más de un año y, desde entonces, la hace sonreír. “No solo somos una pareja, somos amigos”, asegura.

Hace unos días transmitió un video en vivo, desde su cuenta de Instagram. Ahí mostraba, paso a paso, cómo maquillarse. Lucía concentrada. Sabía lo que hacía. Es otra de las tantas tareas que ha aprendido a realizar sola y sin ninguna dificultad.

“Desde chica aprendí a amarrarme los zapatos y a cambiarme. Luego a maquillarme y planchar mi cabello. También puedo cortar con tijeras”, asegura. No es lo único. Además de su carrera de comunicaciones en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, ha estudiado doblaje, locución, teatro y maquillaje de efectos especiales.

Desde muy chica, Laura sintió las preguntas y pocas veces quería responderlas. Hasta se inventó un código de vestimenta para sentirse más cómoda en el colegio: todas sus combinaciones de ropa debían tener un chaleco con bolsillos para poder esconder parte de su brazo derecho.

“Cuanto más me preguntaban por qué escondía mi mano, más me agobiaba. Mi mamá se encargaba de comprarme muchos chalecos o hacía los vestidos con bolsillos para que yo tuviera dónde ocultarme”, cuenta.

Hasta que un día, relata, se topó con el trabajo del fotógrafo Michael Stokes, un retratista de personas que habían perdido extremidades o sufrido mutilaciones. Y Laura solo necesitaba un último empujón que la hiciera vencer el miedo de mostrarse tal y como era porque, en realidad, nunca hubo nada que ocultar.

“Le propuse a un amigo fotógrafo que me hiciera una sesión. Era el momento de aceptarme como era. Empecé a creer que la discapacidad era lo que me hacía atractiva”, dice. De aquella sesión quedó una imagen que le cambió la vida y que casualmente tituló “Reconciliación”. Las puertas se estaban empezando a abrir.

El bádminton llegó después.

Foto: Agencia Digital Liquid.

Antes de conocer el bádminton, un deporte parecido al tenis, Laura ya le sacaba provecho a cada circunstancia de la vida. Le gustaba modelar para marcas de ropa plus size. En una de sus fotos favoritas, coincidentemente aparece sosteniendo una camiseta con la palabra ‘girlboss’ (jefa en inglés) impresa. “Cuando empecé a modelar me sentí empoderada”, asegura.

Y en uno de sus trabajos universitarios, eligió cuidadosamente al personaje del que contaría su historia: el deportista Enrique Rispa, jugador de bádminton que perdió la pierna a causa de una enfermedad.

“En el 2016, me tocó grabar su día a día. Ahí pude conocer todo lo que le costaba ser un deportista de su categoría. Hasta ese momento, nunca había escuchado hablar del bádminton. Enrique me llevó a su lugar de entrenamiento y, por primera vez, pude conocer la convivencia entre personas con discapacidad”, cuenta. Y fue justamente él quien la animó a tomar la raqueta por primera vez.

A Laura le esperan días de concentración absoluta antes de entrar a la cancha. Se prepara para los Juegos Parapanamericanos Lima 2019. “Estoy orgullosa de representar a Perú ante tantos países”, dice. Y nosotros nos sentimos orgullosos. ¡Vamos a alentarla juntos!