Ritmo acelerado, un estilo de vida

Desde hace años, hemos comenzado a correr por la vida, acelerando el paso en cada momento porque tratamos de ajustarnos al ritmo de la sociedad. Corremos para llegar a la universidad o al trabajo, corremos para cumplir la jornada o nuestras actividades diarias y así sucesivamente.

Nos hemos convertido en personas que quieren sacar el máximo beneficio y rendimiento a cada minuto de la vida. Hay una fuerte presión del tiempo y muchas veces nos quejamos de la falta del mismo. El sistema en el que vivimos ayudó con este pensamiento: Hacer más en menor tiempo, dando resultado a la aceleración. La cual también afecta a diferentes procesos como los tecnológicos, económicos, sociales y culturales.

Hartmut Rosa, filósofo y sociólogo alemán, indica que la aceleración del ritmo de vida puede basarse en dos factores:

1) Competencia: Presión ante el cambio social y miedo de estar en desventaja frente a las demandas de velocidad social y económicas.
2) Promesa de aceleración: La calidad de nuestras vidas se mide en relación a las experiencias acumuladas, una buena vida es tener una vida intensa.

Hoy hacemos y experimentamos más durante un periodo de tiempo determinado. Reducimos las pausas o intervalos para hacer diferentes cosas simultáneamente, podemos trabajar en la laptop mientras hacemos una llamada por celular y enviamos un correo.

El ritmo acelerado, no solo se ve en el trabajo, sino también en la casa. En el 2019, el Centro de familia del Perú, realizó un sondeo donde se obtuvo que solo 2 de cada 10 familias almuerzan juntas y practican la sobremesa. Además, los pocos momentos en familia se ven interrumpidos por la televisión, la computadora, los videojuegos y el celular.

Muchas veces, llevar este estilo de vida, trae consigo la ansiedad y el estrés que son perjudiciales para nuestra salud. A nivel interpersonal, puede reducir las relaciones emocionales con amistades y parientes.

Hacer las cosas de forma rápida, hace que no las disfrutemos y al final, es como si no hubiéramos hecho mucho. Entonces, ¿podemos hacer un cambio en nuestra rutina? La idea es poder avanzar calmadamente y darnos tiempo para todo sin descuidar algún aspecto de nuestras vidas.

¿Cómo optimizar nuestro tiempo?

A continuación, te brindamos algunos pasos a tener en cuenta para reducir la velocidad:
• Prioriza: Pregúntate qué es importante para ti. Con esa repuesta de partida, podrás ordenar tu agenda o calendario para tener momentos según tus preferencias.
• Ponte límites en los horarios: Establecerlos ayuda a tener una mejor gestión del tiempo y a cumplir la tarea en el tiempo establecido.
• Di NO: Antepón tus deseos antes que los demás. Es bueno ser servicial; siempre y cuando no afecte tus actividades y momentos de relajo.
• Desconéctate: En tus momentos de ocio o fuera de la oficina, deja de lado la conexión con el trabajo si no es algo urgente como son los grupos de WhatsApp, correo, etc.
• Relájate: En tu tiempo libre, haz lo que más te gusta. Desde practicar yoga o pilates hasta leer el libro pendiente que tenías.
• Busca estar a gusto contigo: No te obsesiones con que todo debe ser perfecto; pero siempre busca mejorar para crecer y superarte.

Tú decides qué ritmo de vida llevar; pero no olvides que es importante comunicarte, tener tiempo para ti y relacionarte con los demás. Vive el presente para disfrutar del aquí y ahora.

La Positiva Seguros, así de simple.

Fuentes:

https://bit.ly/31PfnTB.

https://bit.ly/3gDmLWp.

https://bit.ly/2AyLBqQ.

https://bit.ly/3guoZar.

https://bit.ly/2O4ak9u.